Comentarios de Dino Carlos Caro Coria para diario El Comercio
, 19 de agosto de 2024El exjefe del Estado busca con ello acreditar arraigos y pedirá cumplir arresto domiciliario, según su defensa. La fiscalía pide 34 años de cárcel en su contra, pero mientras no haya sentencia se tendrá que seguir contratándose docentes temporales. En tanto, Juan Silva fue destituido de la Carrera Pública Magisterial y Bruno Pacheco está de licencia.
A pesar de estar ya dos años recluido en el penal de Barbadillo cumpliendo prisión preventiva y que se requieren 34 años de prisión en su contra, el exmandatario Pedro Castillo aún mantiene vigente, a la espera de un posible retorno, su plaza como profesor nombrado en la Institución Educativa N°10465 en el centro poblado de Puña (Chota, Cajamarca).
En su reemplazo, cuatro docentes distintos han tenido que ser contratados de manera temporal para suplirlo en el centro educativo primario desde el 2021 hasta la fecha. Primero en el marco de la campaña que encabezó con Perú Libre y, posteriormente, cuando asumió el poder a mitad de ese año y luego al ser vacado, según pudo confirmar El Comercio.
Justamente, Castillo solicitó desde 2021 cuatro licencias a su cargo de profesor nombrado. Las tres primeras —entre marzo y junio de ese año— fue por “asuntos particulares” en el contexto de la contienda; mientras que la última entró en vigor el 1 de agosto de ese año “por desempeño de función pública o por asumir cargos públicos”, tras jurar a la Presidencia.
Sin embargo, el cargo por el que pidió licencia se cortó abruptamente el pasado 7 de diciembre de 2022, cuando intentó dar un golpe de Estado —que fue transmitido en vivo a nivel nacional—, vacado por el Congreso y recluido en el penal. Actualmente, ya tiene una acusación por el delito de rebelión y otros, el cual está próximo a ir a juicio. Pero la vía judicial es independiente a la vía administrativa.
Una plaza, ¿en el limbo?
El abogado del expresidente Pedro Castillo, Walter Ayala, indicó a El Comercio que la plaza de profesor nombrado de su patrocinado “está vigente” a la espera de que retorne al centro educativo. Indicó que no se hizo abandono de cargo, lo que significaría una destitución, sino que está “imposibilitado” de acudir a su centro laboral, a raíz de la aprehensión de las autoridades en 2022.
“No vuelve a ser profesor porque está imposibilitado, no puede ejercer la función. La plaza está ahí, pero ya es por fuerza mayor [que no concurre] porque escapa de él. Sería distinto que él haya hecho abandono de trabajo. Él ha justificado que no es porque no quiera sino porque está imposibilitado”, dijo Ayala a este Diario.
Estrategia legal
Una constancia suscrita por el director de la I.E. 10465, Hualter Coronel, un exmilitante de APP y de Perú Libre, refiere que la designación de Castillo en esa institución regiría “hasta la fecha” y que en la actualidad su plaza “se encuentra cubierta con contrato docente temporal”.
Con este documento —y al no haber perdido aún su plaza— Ayala busca acreditar ante el Poder Judicial el “arraigo laboral” de su patrocinado. Con otro, suscrito por autoridades de la zona que dan fe que Castillo mantiene una residencia en el centro poblado de Chugur (Anguía, Chota), busca acreditar también arraigo domiciliario.
Así, a través de ambos el abogado de Castillo busca revertir en las próximas semanas la prisión preventiva que rige en contra de su patrocinado; y que recientemente fue ampliada por otros 18 meses adicionales. Según confirmó Ayala a El Comercio, pedirán al juez supremo Juan Carlos Checkley nuevamente el cese de la prisión preventiva.
Sin embargo, ahora la estrategia que se pretende es requerir la prisión domiciliaria. “Se debe ingresar un nuevo pedido de cese de prisión preventiva pidiendo, como punto central, la libertad [de Castillo] y, de manera alternativa, la prisión domiciliaria”, indicó. ¿Dónde podría cumplir ese eventual arresto domiciliario? Mencionó su residencia en Chota.
El abogado penalista Carlos Caro aseguró que se trata de un “argumento bastante débil”. “Puede mantener la plaza como latente, pero que vuelva a ejercer [la docencia] depende de una serie de condiciones. Una de ellas es evidentemente que salga de prisión, pero no es automático. Alguien ya ocupó esa plaza y no se le podría despedir de un día para otro. Es un procedimiento”.
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