Lo más importante radica en fomentar la idea de que la empresa debe tomar el control sobre sí misma antes de que se produzca la intervención del derecho administrativo sancionador y el derecho penal, con la creación de códigos de buen gobierno corporativo, códigos éticos y programas de compliance penal que fomenta de una manera autónoma y naturalizada las buenas prácticas empresariales.
La mayoría de sucesos que afectan a las empresas, muchas veces son desconocidos y las personas que intervienen en los mismos, tienen temor de hacer la acusación, de manera que los canales de denuncia son fundamentales para el mejoramiento y las correcciones respectivas.
La principal ventaja del buen gobierno corporativo es que a través de ellos se pueden prevenir infracciones, por tanto se prevén situaciones que puedan dañar a la empresa en su reputación y marca, además es la mejor forma de proteger a los empresarios, a la propia persona de la organización, porque adecuarse a la ley y prevenir infracciones a la vez protege a las personas.
Desde mi punto de vista lo avanzado en esta área, todavía es muy modesto o muy poco, es importante que los planes anticorrupción se trasladen a las medianas y pequeñas empresas, que es el grueso del gran número de empresas que lo necesitan, porque las grandes empresas o sus casas matrices ya están autorreguladas.
Una de las herramientas necesarias para erradicar la corrupción y criminalidad empresarial, es el gobierno corporativo, porque este es uno de los pilares de lo que hoy en día se denomina el compliance, pero la perspectiva debe ser mucho más global mucho más abierta. Adoptar un modelo de cumplimiento básicamente permite mapear riesgos y establecer medidas de la reducción de riesgos penales de corrupción.